Psicologia

El método Grönholm o la aplicación de la psicología en el trabajo

Una entrevista laboral constituye un reto digno de una proeza individual: sentados en un escritorio, en un lugar que resulta incómodo, nervioso, intentando mantener la compostura frente a un selector de personal que está pendiente de todo lo que dices y haces.

Carlos Gustavo Motta sábado, 27 de agosto de 2022 · 07:06 hs
El método Grönholm o la aplicación de la psicología en el trabajo

Puedes pensar que hasta el desliz más pequeño -hacer chistes malos, hablar en voz baja, olvidarse de apagar el celular para que suene en el momento más inoportuno-, sería la razón suficiente para considerarte no apto y mandarte “patitas a la calle” y otros detrás de tuyo aguardando para quedarse con ese trabajo ambicionado. Ni que decir si el encuentro es on line y de este modo, nos vemos preparando el mejor lugar de la casa para que nuestra imagen recibida sea lo más perfecta posible.

Aún si nos ha pasado esto, hay que agradecer que no tuvimos que pasar por lo que se muestra en  El método Grönholm una pieza teatral del autor catalán Jordi Galcerán con dirección del talentoso Ciro Zorzoli y que tiene su antecedente en 2005 con el film del realizador argentino Marcelo Piñeyro. La producción general en el Paseo La Plaza se encuentra a cargo de Pablo
Kompel
. La adaptación de la obra provoca que cuatro personas llegan a las anónimas oficinas de una empresa multinacional en busca de un puesto de trabajo (Benjamín Vicuña, Laura Fernández, Rafael Ferro, Julián Cabrera). Todos encerrados en una oficina y sometidos a algo llamado «El Método Grönholm», una serie de pruebas psicológicas diseñadas para sacar a relucir
sus talentos para el empleo y al mismo tiempo eliminarlos sistemáticamente hasta que gane el más apto.

Conforme transcurre la representación, queda claro que aún en un ambiente laboral, las personas siempre van a obedecer al instinto más básico, el de supervivencia. Este variado grupo de individuos persiguen el trabajo con todas las armas a su disposición; con tal de salir adelante, están dispuestos literalmente, a serrucharse el piso. Se inicia así un juego psicológico donde nadie puede confiar en nadie, lleno de manipulaciones, velados ataques personales, puñaladas de frente, donde la personalidad de cada uno sale a la luz. Todos piensan en sus intereses primero y nada es sagrado. Al final se salen del terreno laboral para pasar a uno más íntimo, más humano; una naturaleza que, cuando de sobrevivir se trata, es capaz de todo. De la ficción damos el salto a la realidad. Y es que, actualmente, tras la pandemia de covid, algunas empresas se despiden de métodos tradicionales de selección de personal. Hoy se buscan, más que nunca, estrategias enfocadas a conocer al individuo en un entorno grupal.

De modo que el método Grönholm puede servir de inspiración para conocer aspectos del candidato difíciles de detectar mediante sistemas convencionales. Con lo competitivo y feroz que es el mundo corporativo actual, las empresas toman medidas cada vez más extremas para mantener en línea a sus empleados. Es terrorífico pensar que algo tan potencialmente peligroso como
este método pueda ser utilizado para evaluar personal, pero no es tan lejos de la realidad que señala un camino donde la competencia es feroz. Un enfoque inusual frente al llamado estrés producto de los imperativos empresariales y verificados como demandas en cada uno de nuestros consultorios, es el que realiza la psicoanalista Mirta Nakache quien afirma y señala una dirección en un tratamiento factible que va del trabajo al deseo: en el ámbito de nuestras tareas, el estrés adquiere un estatuto de síntoma, de algo que no funciona y se asocia, con fuerza, al trabajo. Se decreta: Ud. tiene "estrés laboral" pero esta fórmula arrastra consigo la singularidad del sujeto y su deseo, y alimenta un Ideal competitivo alejado de la realidad individual.

Sin embargo, en la era del covid, algunas empresas reivindican lo más genuino de cada una de las personas que contribuyen al éxito de sus objetivos. De la mano de una "clínica de lo singular", el caso por caso, los que trabajan se destacan con su presencia invalorable, más allá de las habituales "encuestas de clima laboral" propuestas por las empresas. Al mismo tiempo la inclusión
de un equipo de psicólogos dentro de ellas resulta una invitación a difundir una perspectiva de abordaje, con sus diversas modalidades, y en todos aquellos ámbitos donde una persona trabaja y su contexto más íntimo sea reconocido como el capital más preciado que puede aportar.

Con un excelente reparto, donde todos se lucen en cada una de sus actuaciones, El método Grönholm es un fascinante estudio sobre lo humano y la psicología laboral envuelto en una cínica crítica del mundo empresarial actual. Para cualquiera que haya alguna vez postulado a un trabajo (o sea todos nosotros), puede resultar incómodo ciertos aspectos y capaz que luego de ver
la obra no quiera ir a una entrevista nunca más pero a lo mejor… ¿quiere probar el método Gronholm? Adelante: primero vaya (no divulgue su final) y luego, para aquellos desocupados, continúen aplicando a las entrevistas laborales advertidos que a pesar de todo, nunca hay que renunciar al deseo.

* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.

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