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El juicio de Johnny Depp: entre la justicia y el show

Las audiencias militantes ya tenían su veredicto preparado.

Damián Fernández Pedemonte
Damián Fernández Pedemonte domingo, 5 de junio de 2022 · 08:30 hs
El juicio de Johnny Depp: entre la justicia y el show

Sorprende el interés con que se siguió en Argentina el juicio de Johnny Depp contra su ex mujer Amber Heard. Portales de noticias y noticieros le dedicaron notas en primera plana durante días y la sentencia pudo verse en vivo o relatada en tiempo real por los medios, como si se tratara de una final de la Selección argentina. Además, fue varios días tendencia en Twitter argentina, tema recurrente en TikTok y en nuestras conversaciones off line. Se trata de un caso judicial complejo, de un sistema distinto del nuestro y en el que se acusan recíprocamente dos actores de Hollywood. Un mundo muy alejado de las urgencias políticas y económicas locales que deberían anteponerse en nuestro interés por las noticias.

Podría pensarse que este interés responde al morbo sobre las recíprocas acusaciones ventiladas en el tribunal y que forma parte de la misma frivolidad con la que nos atrapa el escándalo entre Shakira y Piqué. Pero este caso también se puede ver como un síntoma. Como ejemplo de una cierta manera en que un sistema mediático digital nos presenta las controversias sociales y a la vez incide en la forma en que tomamos partido.

Se trata de un entorno de medios en el que las noticias internacionales son tan cercanas como las locales. Efectivamente, Johnny Depp forma parte de nuestro imaginario. En mi caso, por ser el protagonista de grandes películas de Tim Burton, desde "El joven de manos tijeras" hasta el sombrerero loco de "Alicia en el país de las maravillas". Para una mayoría por encarnar a Jack Sparrow, el transmediático personaje de "Piratas del Caribe", que acompañó infancia y adolescencia de muchos argentinos.

De modo que el mundo de las miserias de las celebridades nos resulta arcano y cercano a la vez. Como en el mito, nos gusta entrar y salir de ese mundo, siempre que permanezcamos guarecidos en nuestro sillón favorito. Es un mundo complejo en donde la realidad se confunde con la ficción. Los numerosos defensores de Depp durante el juicio alentaban a Jack Sparrow a la salida de los tribunales. Esos fans se convierten en militantes, no siempre conscientemente, de la reacción conservadora contra la cultura woke en Estados Unidos. Se entiende por tal la tendencia a denunciar las injusticias sociales, particularmente las raciales y de género, con métodos, paradójicamente, señalados por sus adversarios como limitadores de la libertad y de la tolerancia.

El juicio de Depp vs Heard se parece mucho a películas y documentales con intrigas de ficción. De ahí conocemos el sistema de juicio oral de Estados Unidos y las estrategias no siempre limpias de las partes y de sus medios aliados para influir en el jurado. Por ejemplo, el 5 de mayo se estrenó en HBO Max The Staircase, una ficción sobre otro caso resonado de Estados Unidos: el del juicio al escritor Michael Peterson por homicidio de su mujer. Ya había sido objeto de atención de un prodigioso documental francés emitido desde 2004 hasta 2018 que hoy puede verse en Netflix, con horas de testimonios de los protagonistas tomados en tiempo real.

Tanto en la ficción como en la realidad estos juicios a famosos oscilan entre la lógica de la justicia y la del show. Por ejemplo, es improbable que los miembros del jurado hayan sido indemnes a la influencia de las cataratas de publicaciones de medios y redes tomando partido, sobre todo a favor de Depp, con la ayuda de trolls. Según la agencia Cyabra, el 11% de las conversaciones en las redes fueron impulsadas por cuentas falsas (cuando en las polémicas públicas el promedio suele ser de 3 a 5% de bots involucrados). Como consecuencia de esta ola, unos 4,5 millones de personas firmaron en Change.org para que sacaran a Heard de Aquaman 2: un record en petitorios.

Con este nivel de ruido alrededor pocos se enteraron realmente de cuál era el objeto del juicio. No se trató un juicio penal contra Depp por abusos, algo que Heard nunca impulsó. Fue un juicio civil en el que el actor demandó a su exmujer por difamación a raíz de un artículo publicado por ella en el Washington Post. En su veredicto, el jurado popular debía responder a un formulario en el que se preguntaba si tres frases de ese artículo eran difamatorias y habían sido escritas con ese propósito (esto último porque la legislación estadounidense contempla la figura de la real malicia: algo difícil de demostrar). El jurado encontró que sí y determinó que Heard debía indemnizar a Depp por la suma de 10 millones de dólares más punitorios. También le dio la razón parcialmente a Heard en su contrademanda por declaraciones del anterior abogado de Depp, por lo que el actor deberá indeminizarla en 2 millones.

Siendo uno de los primeros casos surgidos del movimiento #MeToo, la abogada de Heard cree que la sentencia envía un "mensaje horrible" a la sociedad y a las mujeres. Las feministas lamentan que, más allá de que las denuncias de Heard fueran reales o no, su derrota y humillación pública disuadirá a otras mujeres de iniciar denuncias. Los que reaccionan contra los excesos de este movimiento recuerdan que más de 70 famosos fueran acusados de abusos después de las denuncias al productor Harvey Weinstein, condenado a 23 años de cárcel: aunque no todos fueron hallados culpables, todos fueron fuertemente perjudicados por las acusaciones.

En Argentina hubo reacciones desde los dos alineamientos. En su cuenta de Twitter, Agustín Laje expresó que "muchas mujeres aprovechan las ideologías hegemónicas del momento para difamar y perseguir a hombres inocentes". Y Viviana Canosa sentenció: "Es una pena que habiendo casos de mujeres que son víctimas, o de hombres que son víctimas, en Estados Unidos fue con el #MeToo, acá será con el #NiUnaMenos, terminan arruinando algo que podría haber sido muy importante". Otras periodistas lamentaron el veredicto, que sintieron como una derrota del movimiento feminista local. Una de ellas lo hizo en la revista Anfibia en términos algo sorprendentes: "Por más metida que haya estado Heard en el círculo de la violencia, hay desigualdad y hay diferencias de poder. Por más tóxica que sea la relación, por más consumos problemáticos, por más cuchillo que Amber le haya regalado, botella que le haya tirado, caca que le haya dejado en la cama, Johnny Depp puso todo su poder en juego cuando salió a la luz la violencia doméstica".  

Como se ve, el caso tiene varias capas: cómo saber cuál es la verdad en este entorno mediático que nos cuenta las historias en forma parcial y confusa con un coro de militantes enfurecidos en las redes. Es un caso complejo por estar en juego la alternativa entre la libertad de expresión y el respeto al honor, entre la presunción de inocencia y la investigación a fondo de las denuncias de violencia. En todo caso conviene reflexionar acerca de cómo nos formamos opinión y evitar tener un veredicto ya preparado, a partir de alineamientos ideológicos previos, para cada caso en el que se reflejen los conflictos, no más importantes, pero sí más sensibles en la cultura actual.

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