En primera persona

A 40 años de Malvinas, un sitio que visitó Juan Pablo II adquiere particular protagonismo

Se cumplen 40 años de la visita de Juan Pablo II al país justo a fines de la guerra y su paso por esta tierra marcó un hito. Fue la primera visita de un papa al país y las circunstancias marcaron un antes y un después para los argentinos.

Candela Orrego viernes, 10 de junio de 2022 · 22:20 hs
A 40 años de Malvinas, un sitio que visitó Juan Pablo II adquiere particular protagonismo

Allá por 1982, pisó tierra argentina el papa Juan Pablo II. Era viernes y diluviaba. Era la primera vez que un Santo Padre venía a la Argentina pero eso no era lo único especial, sino el contexto histórico en que llegó. La guerra por las Islas Malvinas ya llevaba 70 días. En subpaso por estas pampas, celebró Misa en la Basílica de Lujan. Ahora, 40 años después, la Plaza Belgrano y la Avenida Nuestra Señora de Luján, delante del templo, son declaradas Lugar Histórico Nacional por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos de la República Argentina.

La noticia fue difundida por el abogado y miembro de la Comisión, Andrés Mage. Por decisión unánime, el lugar en la ciudad de Luján es considerado parte de acontecimientos históricos, religiosos y culturales. 

El papa tenía previsto viajar al país en 1980, mucho antes de la guerra pero el viajo no se realizó y entonces sí se organizó otro relámpago en 1982, luego de haber visitado Gran Bretaña. El viaje fue único por su naturaleza, ya que dejó en claro que no estaba del lado de ninguno de los países en conflicto.  

En diálogo con MDZ, Mage recuerda aquel momento histórico. Tenía sólo 13 años. "Al momento de decidirse la visita, la Diócesis no tenía Obispo, por el fallecimiento de monseñor Tomé. Recién el día 10 de junio tomó posesión de la misma monseñor Emilio Ogñenovich quien, junto al rector del Santuario, el padre Rafael Carli fueron quienes acompañaron al papa en la explanada de subida al Altar que se había montado sobre los frentes del Santuario, al inicio de la ceremonia", cuenta el abogado. 

Recuerda que los días previos a la llegada del Juan Pablo II fueron una carrera contra el reloj. No solo se cerró la Basílica para su limpieza y la preparación de un cuarto por si el Santo Padre decidía quedarse, sino que también, se arreglaron espacios para que pudiera utilizar. Empleados de la Basílica, de la Diócesis y de la Iglesia entera, colaboradores de organizaciones religiosas, laicos, vecinos y funcionarios públicos ayudaron a poner la casa en orden.

La noche previa a su llegada, se colocaron flores, banderas y demás decoraciones para recibir a Juan Pablo II. Mage cuenta que el Santo Padre llegó a Luján en el tren presidencial y desde la estación hasta la Basílica las calles estaban inundadas por los fieles que lo esperaban. "El auto presidencial descapotable con el Papa de pie ingresó por la Avenida Nuestra Señora de Luján, abriéndose camino entre el millón de fieles que, bajo una persistente llovizna, asistieron a la emocionante ceremonia", relata Mage quien estaba deslumbrado ante el mundo de gente.

Recuerda que la misa fue conmovedora. Hoy, después de tantas décadas sigue sintiendo lo mismo. "40 años después y sin pensar que veríamos hoy a la Iglesia con un papa argentino, me acuerdo las palabras de mi padre el martes 9 de junio, cuando me dijo: 'Andrés, venite que nos vamos a la Basílica a ayudar. Viene el papa y hay que hacer de todo. Esto no lo vas a ver nunca más'. Esos 3 días de preparación fueron imborrables", recuerda con cariño y emoción.

Mage cuenta que la mayoría de los que estuvieron en ese momento dentro de la Basílica al día de hoy ya fallecieron. "La mayoría ya no están con nosotros, pero no los olvidamos, los tenemos en nuestro corazón", dice. Otro detalle inolvidable fue que le papa se haya ido en colectivo. "Llovía mucho y el papa y toda la comitiva se fueron al tren en colectivo. Esa es otra nota de color que también es imborrable para los lujanenses porque no eran ningunos colectivos especiales, eran los colectivos de la Ciudad, de la línea 501", cuenta entre risas.

Al día de hoy, que el sitio se nombre Lugar Histórico Nacional es "un regalo" para los lujanenses según el abogado. "Esa plaza y esos espacios fueron el centro histórico, cultural y espiritual de Luján y también de nuestra Patria. Sobre ellos caminaron nuestros próceres. Su símbolo como camino de llegada de millones de personas es indudable, porque las peregrinaciones o las visitas al Santuario o al Cabildo Histórico no comenzaron ayer a la mañana, son anteriores al nacimiento del Virreinato del Río de la Plata y de nuestra propia Nación. Quizás esos caminos que unen los diferentes puntos de la Argentina con Luján son uno de sus elementos fundantes, puesto que en Luján se juntan historia, la fe y la cultura argentina de un modo muy particular", concluyó. 

Después de estos 40 años, la primera visita de un Papa al país es recordada como un hito y el lugar es ahora un patrimonio para los argentinos. A partir de este sábado, la Plaza Belgrano y la Avenida Nuestra Señora de Luján pasarán a ser Lugar Histórico Nacional. 

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