Apuntes de siembra

Time out: un tiempo fuera positivo cuando los chicos se "portan mal"

La Disciplina positiva nos propone esta herramienta que nada tiene que ver con el clásico “ándate a pensar”, “ándate al rincón”, “quédate ahí 3/4/5/6/7 minutos”. Pero entonces, ¿de qué se trata?

Lic. Magdalena Clariá y Mercedes Gontán domingo, 22 de mayo de 2022 · 15:58 hs
Time out: un tiempo fuera positivo cuando los chicos se "portan mal"
Foto: freepik.es

Antes de bucear en esta herramienta del tiempo fuera positivo, vamos a imaginarnos por un momento que como adultos cometemos algún error, con nuestra pareja, con nuestro amigo, con nuestro jefe, y que en el medio de ese enojo, el otro nos manda a “pensar” sobre lo que hicimos/dijimos. ¿Creen ustedes que ahí podremos verdaderamente pensar sobre lo que ocurrió, aprender de nuestro error, tener ganas de reparar? O más bien juntaremos bronca, subiremos en el espiral de conflictividad, o en el mejor de los casos nos distraeremos sobre cualquier cosa.

En una sala de jardín de 4 años Clara y Jimena se pelean a los empujones por el lugar en la ronda. La maestra las saca de su lugar, les dice que esa no es manera de comportarse con los demás y que ambas vayan al rincón un rato a pensar en lo que hicieron. Minutos más tarde la maestra las llama a las dos chicas: “Y? Pensaron en lo que les dije?” Jimena compungida responde “Si…pensé que no hay que empujar”. La maestra satisfecha con la respuesta la manda de nuevo a la ronda. “Y vos Clarita, qué pensaste?” le pregunta a la otra niña, quien tiene menos experiencia en penitencias, y con absoluta sinceridad le responde: “Yo…pensé…pensé…que me gustan mucho los fideos con manteca”. La maestra sorprendida y un poco más enojada (creyendo que la está tomando por tonta) la manda a pensar nuevamente: “¡Volvé al rincón un rato más y pensa mejor!”. Vuelve a convocarla pasados los minutos y al preguntarle si esta vez había pensado realmente, Clarita, cada vez más confundida con lo que se espera de ella y con lágrimas a punto de brotar de sus ojos responde: “pensé…snif…que me gusta andar a caballo???”.

Cuando nos imaginamos como adultos en la situación, es contundente la respuesta, no parece que ese tiempo fuera, en los términos en los que estaba propuesto, iba a ser de mucha utilidad. Entonces, ¿qué nos hace pensar que con nuestros niños esto puede ser efectivo? Es altamente probable que los haga sentir desmotivados, rechazados, confundidos.

El time out/tiempo fuera positivo, por el contrario, busca que el niño pueda calmarse y sentirse bien. Entre otras cosas, validamos su sentimiento, frenamos la escalada de conflicto, fomentamos la reflexión y la reparación.

¿Cómo aplicarlo?

No hay una única receta, pero hay dos cuestiones que nos parecen fundamentales:

1. Es importante que en este lugar o realizando esta actividad (pintar, leer, escuchar música, abrazando a un peluche, etc), el niño se sienta bien.

He aquí la primer resistencia que suelen alegar los padres, cuando en los talleres y entrevistas de orientación se los proponemos ¡Cómo puede ser que encima que se portó mal se vaya a ese lugarcito a pasarla bien! Y en realidad, la respuesta la dejamos en manos o mejor dicho en palabras de Jane Nelsen, una de las principales exponentes de la Disciplina positiva“De dónde sacamos la loca idea de que para que los niños se porten mejor, primero tenemos que hacerles sentir peor".

Sin duda, la frase nos interpela desde lo más profundo, y entran en juego también nuestras historias personales, nuestro cansancio, nuestro enojo, y tantas otras cosas. Pero si nos animamos a releerla, y dejarla resonar en nuestro interior, sin duda, se generará un importante cambio en nuestra manera de actuar ante la mala conducta. La culpa, el sufrimiento y la vergüenza, no parecen ser el camino para que nuestros hijos desarrollen mejores habilidades para su futuro. Es una verdad irrefutable que los niños siempre se portan mejor y sobre todo son más felices cuando se sienten mejor.

Si no comprendemos la verdadera motivación de este tiempo fuera positivo, y simplemente lo imponemos como un castigo, algunas de las ideas que sembraremos en ellos son “No soy un buen chico” “La próxima lo voy a hacer sin que me vean”, “me da miedo que me reten más asi que haré lo que esperan”, entre otros caminos equivocados.

2. Es muy aconsejable que al pensar cómo armar previamente este lugar (puede ser algún ambiente de la casa decorado), o programar esta actividad, lo hagamos también junto con los chicos, para que ellos mismos puedan conectarse con lo que creen podrá ayudarlos.

Claro que esto no lo podemos hacer en medio del berrinche, o del enojo, o de lo que sea que esté ocurriendo. Tampoco en el momento en que nosotros estamos nerviosos por su “mala conducta”. Todo lo contrario, aprovechemos un momento de calma, para anticiparnos a estas situaciones, evocando otros sucesos. “Viste cuando vos te enojas mucho y hacés cualquier cosa, revoleando los juguetes o pegándole a tu hermano, ¿qué pensás que te haría bien en esas situaciones?". Por esto mismo, esta herramienta es aconsejable de aplicar a partir de los 3 o 4 años.

Como siempre decimos, cada situación es única, y sobre todo, cada niño lo es. Por ello, puede que el tiempo fuera positivo sobre el que hemos hablado, no sirva en toda ocasión y para todos los pequeños. Muchas veces, en la desesperación de “hacer algo” ante el mal comportamiento, recurrimos a estos rincones, idas a pensar o castigos, que sabemos no van a funcionar a largo plazo.

Animémonos a probar algo distinto, o si ya lo hicimos a seguir fortaleciéndolos para que ellos mismos puedan ir descubriendo cuáles son los distintos caminos que los hacen sentir mejor, para entonces actuar mejor. Sin duda deberán reparar su error, pedir las disculpas del caso si es necesario, pero todo a su tiempo. El mensaje más importante que no nos tenemos que cansar de transmitirles es que los queremos incondicionalmente, y que los errores que cometan, no son más que maravillosas oportunidades para aprender y seguir creciendo.

*Magdalena Clariá es licenciada en psicología y Mercedes Gontán es abogada, mediadora y orientadora familiar. Juntas hacen Apuntes de siembra.

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