Arte y cultura

Amadeo Modigliani en Filadelfia

Después de una tormentosa vida, sin reconocimientos ni dinero Amadeo Modigliani (1884-1920) inició un camino de popularidad siempre creciente que lo coloca hoy en un sitial de vedetismo inigualado dentro del arte del siglo XX

Carlos María Pinasco
Carlos María Pinasco domingo, 23 de octubre de 2022 · 15:31 hs
Amadeo Modigliani en Filadelfia
Nu couché de dos Foto: Calos Pinasco

Se ha presentado, días atrás una exposición celebratoria de los 100 años de la Fundación Barnes de Filadelfia que reúne los más representativos óleos del codiciado artista. Alfred Barnes fue un gran filántropo, médico progresista, amante del arte y gran coleccionista que reunió una fabulosa colección de arte europeo de fines del siglo XIX y principios del XX. Ya en vida abrió la colección al público creando la fundación que ahora alberga la exposición. Dieciséis de las pinturas exhibidas fueron de Barnes. La muestra tiene como objetivo complementario profundizar en la técnica y el proceso creativo de Amadeo Modigliani. Es, en algún
modo, la complementación de la exposición de la Tate Modern de Londres de 2017/18.

La jolie ménagère
Foto: Carlos Pinasco

Pero, vayamos al artista. Nacido en Livorno, en la Toscana en 1884, en el seno de una familia numerosa de origen judío que atravesaba estrechez económica, Amadeo tuvo desde niño inclinación al arte y problemas de salud. Estudió en su ciudad, en Florencia y en Venecia adquiriendo el oficio y conocimiento profundo del arte italiano a partir del renacimiento. Inició también una vida licenciosa que profundiza a partir de 1906 año en que se instala en París. En Montmartre a la par que se vincula con Picasso, Apollinaire, Max Jacob y la vanguardia, busca su identificación como artista, pintando con gran soltura mientras transita sus días con desenfreno creciente.

Giovane donna in azzurro
Foto: Carlos Pinasco

Regresa por un corto período, a Livorno, en 1909 para recuperar su salud maltrecha y al volver a París conoce a Constantin Brâncusi, quien lo orienta hacia la escultura. Hasta 1915 se dedica a la talla directa en piedra de cabezas femeninas, inspirado en el arte primitivo. Debe luego volver a la pintura, que le resulta menos trabajosa. Se suceden en aquel período varios amoríos, la vida licenciosa y el alcohol agravan su meningitis tuberculosa y finalmente en enero de 1920 muere en un hospital público. A los pocos días Jeannne Hébuterne, una joven con quien convivía se suicida arrojándose por la ventana desde un quinto piso. Estaba embarazada de su amado “Modi”.

Giovane donna in azzurro
Foto: Carlos Pinasco

Como se ve, una triste historia con todos los ingredientes para popularizar a un artista ¿genial? Indudablemente Amadeo Modigliani es un artista originalísimo. Sus obras, generalmente retratos en su mayoría femeninos son fácilmente reconocibles e indudablemente disfrutables. Innegable también es que producen una emoción poco común en el espectador. Su paleta es armónica, las composiciones deliberadamente simples, no dan cabida a sombras. La estilización de las figuras los rostros
lánguidos y las miradas vacías retratan más al propio artista que al modelo que posa. Los desnudos que en su única exposición en vida escandalizaron, hoy aparecen naturales y relajados.

Mujer desnuda 1916 The Courtland Gallery, Londres
Foto: Carlos Pinasco

Causa o efecto, también el mercado ha dicho lo suyo. Alrededor de cuarenta obras del artista se han subastado en los últimos tiempos por arriba de los diez millones de dólares y un “desnudo acostado” tiene el récord con algo más de 170 millones. Para completar, una compleja zaga de falsarios y obras dudosas se tramitan en distintos juzgados. Definido el “Modigliani-vedete” queda la pregunta de la genialidad… la respuesta fácil sería Picasso es genial…

Desnudo reclinado 1919 MOMA
Foto: Calos Pinasco

Para terminar, un dato: nuestro Museo Nacional de Bellas Artes posee tres óleos (dos de ellos expuestos en forma permanente) y un dibujo del casi genial Amadeo Modigliani.

* Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com

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