Cáncer de mama

Octubre rosa: "Lo abracé en tetas y recién lo conocía"

Gladys superó el cáncer de mama, pero algo faltaba para que ella fuera feliz nuevamente. Por eso, recurrió a Diego Starópolis, un tatuador de Lugano que desde hace 8 años de forma gratuita tatúa areolas mamarias a quienes se han recuperado de esta enfermedad.

Felicitas Oyhenart
Felicitas Oyhenart martes, 18 de octubre de 2022 · 08:34 hs
Octubre rosa: "Lo abracé en tetas y recién lo conocía"
Diego Starópoli desde hace 8 años tatúa a mujeres que han atravesado una mastectomía.

“Cuando me levanté y me vi al espejo fue la primera vez que lloraba pero de felicidad al reconocerme completa”, cuenta Gladys Leonor Herrera (45), una de las mujeres que, tras atravesar una mastectomía por un cáncer de mama, pasó por el estudio de Diego Starópoli para que el artista le tatuara la areola mamaria.

A los 40 años, a Gladys le diagnosticaron cáncer de mama en un control ginecológico de rutina. "A través de mi primera mamografía me detectan un tumor en la mama izquierda. Yo nunca me había palpado el bultito, y si no fuera por la mamografía no me lo hubieran detectado a tiempo", recuerda.

Ya en el consultorio de la mastóloga con todos los estudios en mano, le dieron la difícil noticia: tenía cáncer. "Lo dijo con todo el amor y tacto del mundo, pero dijo cáncer y ahí nomás quede sorda.. no escuche nada de todo lo que dijo después, sentí la mano fuerte de mi compañero, y así seguimos recorriendo todo ese proceso juntos", comparte la mujer y añade: "Como si fuera poco, me indican realizar una mastectomía con reconstrucción en el mismo momento".

"Mi cuerpo ya no era el mismo, mi teta ya no estaba, la reconstrucción fue un éxito pero no incluía la areola y pezón, y el espejo me mostraba una imagen que me hacia llorar, y mi fuerza y mi luz se apagaba cuando no me encontraba, no es algo estético, es algo más, algo profundo. Porque en el proceso de curarte y superarte, dejas parte de tu ser literal y como todo proceso una deja atrás muchas cosas pero acá la llevas a cuestas, y el espejo te pega cachetadas de realidad permanentemente", reflexiona Gladys.

Es así como llegó a Mandiga Tattoo. "Mi médico me dijo: hay un loco en Lugano que tatúa la areola y pezón gratis”, contó

cáncer de mama
Gladys fue diagnosticada a los 40 años de cáncer de mama.

El tatuador es Diego Starópoli, cuyo estudio se encuentra en el barrio porteño de Lugano, se propuso tatuar areolas mamarias a mujeres que han tenido que atravesar una mastectomía a causa del cáncer de mama. Desde hace 8 años lleva adelante esta iniciativa que ya ha tatuado a más de 2.100 personas en todo América, de forma totalmente gratuita.

Staropoli es una persona comprometida con lo que sucede a su alrededor y a varios kilómetros de su hogar también. Su empatía con el otro lo llevó a tomar conciencia sobre cómo afecta a las mujeres que han pasado por una mastectomía el no tener la areola mamaria una vez que les colocan los implantes.

“Una mujer de mi familia atravesó el cáncer de mama. Me enteré de que las mujeres que pasan por estas cirugías, más allá de que tenían la posibilidad de recuperar la visual de una mama mediante una prótesis, nunca volvían a tener una areola mamaria. Por eso, decidí hacer esto de forma gratuita y recrear esa posibilidad mediante un tatuaje”, contó a MDZ Starópoli.

Gladys recuerda cómo fue esa sesión mientras se tatuaba: "Mientras hacía su arte me contaba sobre su trabajo. Escuché y sentí tanto amor, respeto y compromiso en sus palabras que no podía dejar de admirar su trabajo y quererlo a él y a su familia maravillosa, porque esa luz te aseguro que la tienen todos en la Fundación".

La reacción siempre es la misma, de mucha felicidad. "Ellas llegan a nosotros sin ningún tipo de rastros de un pezón y en un ratito se miran al espejo y pueden verse una areola, vuelven a verse al espejo y sentirse bien. Es muy fuerte cuando rompen en llanto en el espejo cuando terminamos de tatuarlas”, comparte Diego.

"Cuando me levanté y me vi al espejo fue la primera vez que lloraba pero de felicidad al reconocerme completa. Lo abracé en tetas, a un tipo que recién conocía", cuenta Gladys mientras ríe.

Desde que inició la campaña, Diego ha tatuado a más de 2.100 mujeres.

"Con su tatuaje Diego, cambió algo interno en mí para siempre, porque a través de ese tatuaje volví a creer en mí, me potenció mi ser, a tener confianza en mí misma. Volví a desnudarme frente a mi compañero y disfrutar del sexo, sin vergüenza, sin remeras para ocultarme, volví a ser Gladys pero recargada. Mi relación con el otro cambio porque yo me sentía mejor conmigo misma y eso se refleja hacia afuera. Fue cerrar una etapa dolorosa de enfermedad y de vacío interior. Logré aceptarme y empoderarme, ya no me encorvo para hacerme invisible, ahora me muestro tal cual soy, con las tetas en alto, mujer indeleble", expresa orgullosa.

Gladys recibió su alta médica en junio de 2022. "Confío en el camino recorrido, de aprendizaje y concientización. Soy consciente de la finitud, pero no entró en pánico, quiero vivir intensamente. Estoy feliz de haber recibido mi alta", destaca con emoción.

Una gran tarea solidaria

Diego, su familia y su equipo realizan un gran trabajo solidario desde hace más de 15 años. “Comenzamos acompañando a escuelas rurales de San Juan, Santa Fe, Jujuy, Corrientes”, recuerda Diego Starópoli, quien fundó también la Fundación Mandinga Tattoo.

La tarea de Diego trasciende fronteras. En un viaje que hizo en familia, junto a su esposa y sus dos hijos de 12 y 18 años, desde Ushuaia hasta Alaska en motorhome, entre diciembre de 2021 y julio de 2022, Diego se contactó con diversas fundaciones y embajadas para poder realizar esta gran tarea en los diversos destinos que visitaban. “En el viaje tatuamos a más de 300 mujeres de Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y así hasta llegar a Alaska”, recuerda el dueño de Mandinga Tattoo.

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En una camioneta Sprinter totalmente equipada la familia Starópoli recorrió desde Ushuaia hasta Alaska

Además de ayudar a mujeres que han pasado por una mastectomía con el tatuaje de la areola mamaria, Diego abrió un consultorio en el barrio porteño de San Telmo. En este espacio se brinda atención gratuita vinculada a la prevención del cáncer de mama, trabajo que realiza en conjunto con una médica especialista que atiende de manera voluntaria.

También tatúa a personas con más del 50% del cuerpo quemado a causa de violencia de género o accidentes y que tengan grandes cicatrices que con cirugías no se pueden remediar . “Les tapo sus cicatrices con tatuajes a personas que no pueden acceder a esto de otra manera, son todos casos muy extremos”.

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La Fundación Mandinga Tattoo también tatúa de forma gratuita cicatrices en mujeres víctimas de violencia de género.

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Su tarea se replica en otras partes de América Latina, otros tatuadores siguen sus pasos en Chile, Honduras, México, Venezuela, Colombia. “Donde podemos vamos formando gente para que se sumen a este proyecto”.

Sobre el cáncer de mama

En América Latina y el Caribe la incidencia de la patología oncológica es de 1.470.000 nuevos casos, de los cuales el 14,3% (210.100 casos), corresponde a cáncer de mama (Globocan 2020).

Mientras que en Argentina, en el año 2020 se notificaron 22.024 nuevos casos de cáncer de mama, lo que representa el 32,1% del total de tumores en mujeres. La tendencia de mortalidad (2002 -2020) indica una tendencia descendente. 

En el cáncer de mama es fundamental la detección precoz, de modo que la enfermedad pueda ser tratada con técnicas que tengan el menor impacto físico y la mayor probabilidad de curación. Según la OMS, estudios como la mamografía, aún en mujeres con apariencia sana, pueden detectar estadios tempranos o precursores de neoplasias malignas. Esta detección a tiempo es sumamente eficaz para aplicar un tratamiento oportuno.

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