Tiempo de nostalgia

Cómo viven las Fiestas los argentinos que decidieron emigrar

En los últimos tiempos, muchos argentinos decidieron emigrar en busca de un futuro mejor. Sin embargo, para estas fechas, sienten el peso de la nostalgia. Las fiestas de fin de año sensibilizan a todos. ¿Cómo se viven estas celebraciones a la distancia? Así lo cuentan los protagonistas.

Horacio Alonso
Horacio Alonso sábado, 25 de diciembre de 2021 · 08:11 hs
Cómo viven las Fiestas los argentinos que decidieron emigrar

¡Feliz Navidad! El saludo clásico para estas fechas tienen un sabor especial cuando no se puede compartir con los seres queridos. Esto es algo que le pasa, en estos días, a muchos argentinos que emigraron en los últimos tiempos y los que llevan años fuera del país. Para algunos, son las primeras fiestas que pasan en el exterior, con otras costumbres y lejos de la familia.

“Las costumbres, en Francia, son muy diferentes. La comida, la reunión, todo. Y eso hace que extrañemos más. Tratamos de adaptarnos a lo nuevo y compartir con otros, como en nuestras navidades. En la calle hay un clima festivo. Se lo siente desde hace un mes, pero se vive con bastante tranquilidad. Hasta la administración púbica funciona como un día normal. En nuestro caso, lo vivimos un poco tristes. No tenemos amigos ni familia. No es la primera vez que pasamos, con mi marido, las fiestas solos, pero es la primera vez que no lo elegimos” contó Majo Mallmann, en su primeras fiestas como emigrante.

Otros ya tienen experiencia en festejar a la distancia, pero no dejan de sensibilizarse para estas fechas. “Las fiestas las vivo con mi familia, mis hijos chiquitos, jugando y cocinando cosas ricas, hasta que se haga la hora de ir a la casa de mis suegros, como todos los años. Lo pasamos junto el 24, el 25 y el 26, porque en Italia se festeja San Esteban. En general, aprovechamos la semana para esquiar, pero este año las fiestas caen mal y partimos después de ‘Capodanno’. Después de siete años, estoy curtida y no extraño, pero siempre está en el fondo la nostalgia de estar con la propia familia, con los amigos y las tradiciones. ¡Hasta se extraña la navidad calurosa! Y eso que odio el calor. Trato de adaptarme, más por mis hijos, pero siempre está ese ‘algo’ que no me permite estar 100% feliz. Así es la vida. Son cosas que uno tiene que tener en cuenta cuando decide irse a vivir afuera” dijo Veri, desde Italia.

Cuando se está lejos, la relación que se tiene con otros emigrantes va fortaleciendo un lazo que, de alguna manera, intenta compensar la añoranza por los seres queridos. Más cuando se está del otro lado del mundo y la celebración llega con doce horas de anticipación.

Un ejemplo es el caso de Gupy, una argentina que, junto a su marido, se fue a vivir  Australia: “En las Fiestas es cuando uno más siente la distancia, pero a la vez reforzamos la idea cada año de que siente un lazo muy fuerte entre los que emigramos, como que nos unimos mucho y nos volvemos familia. Los amigos locales nos han adoptado e integrado a sus festejos en estas ocasiones. De todas maneras, esperamos el momento de hacer la video llamada con nuestras familias con todo lo complicado que es tener tanta diferencia horaria.” 

Acoplarse a la familia de la pareja, cuando es de otra nacionalidad, es algo habitual cuando se emigra. “En mi caso es un mix porque mi mujer es canadiense. Entonces, para estas Fiestas nos reunimos con su familia materna en navidad y con la paterna para Año Nuevo. Las fiestas, acá, son bien familiares, sobre todo Navidad”, dijo Mariano desde Canadá. 

“Por lo general, mi hijo mayor que vive y estudia en Argentina, viene a Canadá. Esta vez, también está mi mamá. Siempre se extraña para esta época porque no es a lo que uno está acostumbrado. Por otro lado, te acostumbrás a festejos más relajados. En la Argentina se vive con mucho frenesí la época de las fiestas”, explicó Marino.

Con el paso del tiempo, cambia la forma de extrañar. Ya no son las Fiestas en sí, sino el darse cuenta que se pierden momentos irrecuperables. “Nosotros hace casi diez años que estamos afuera. Obviamente, se extraña y quisiéramos estar con nuestra familia, pero no es algo que te bajonea. Hay cosas que golpean más. Por ejemplo, en mi caso, un amigo se murió en abril y el hecho de no haber podido estar con él o tenerlo para hablar y contarnos nuestras vidas. Eso es más duro. Con este amigo, Gerardo, hablábamos de estas cosas en estos días y no poder hacerlo me causa mucha tristeza. Pero hay que seguir adelante y rodarse de los que uno quiere. Acá, la pasamos con cuñados y se celebra el 24 a la noche, como en la Argentina, el 25 y el 26 también. Se come muchísimo”, contó a MDZ Fernando Scheps desde su cuenta de Twitter @ViviendoEnSuiza.

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