Análisis

The Umbrella Academy 2: misterios que se terminan, misterios que empiezan

La superproducción de superhéroes de Netflix cerró una temporada que mejoró en relación a la primera, y que dejó muchas preguntas sin resolver.

Francisco Pérez Osán
Francisco Pérez Osán miércoles, 12 de agosto de 2020 · 11:46 hs
The Umbrella Academy 2: misterios que se terminan, misterios que empiezan

La segunda temporada de The Umbrella Academy fue uno de los hitos del año para Netflix. En la situación particular en la que la pandemia tiene al mundo en vilo, la ficción sobre un grupo de superhéroes que deben detener un cataclismo cayó como anillo al dedo, y si sumamos que además fue tremendamente divertida, hay un combo ganador.

El cambio principal que tuvo esta nueva entrega de la serie de Steve Blackman basada en el cómic de Gerard Way es que se enfocó un poco más en sus personajes, y a pesar de que en todo momento estaba contando una cantidad sorprendente de historias simultáneas, nunca perdió su rumbo.

La historia, si bien no es lo más interesante de la serie, está contada de manera fragmentada. Luego de no poder frenar el primer apocalipsis, los hermanos Hargreeves se encuentran en el pasado -más específicamente a comienzos de la década del 60, y a días del asesinato de Kennedy), y deben pelear contra otro cataclismo planetario que amenaza toda la vida en la Tierra.

Claro que si estuvieran juntos sería muy fácil. Vanya (Ellen Page) perdió la memoria y vive en una granja. Klaus (Robert Sheehan) se está intentando escapar del culto que creó "por accidente", junto con el fantasma de su hermano Ben (Justin H. Min). Allison (Emmy Raver-Lampman) es parte del movimiento por los derechos civiles de las personas negras. Luther (Tom Hopper) trabaja de boxeador y como guardaespaldas de un mafioso, y Diego (David Castañeda) está internado en un psiquiátrico. Número Cinco (Aidan Gallagher) se tiene que dedicar a reunir a todos lo más rápido posible.

A pesar del caos inicial, la acción se lleva adelante sin mayores enredos y complicaciones, un paso adelante muy notorio con respecto a la primera temporada. Lo mejor, por lejos, es el avance que tuvieron sus personajes, que pasaron de ser bastante chatos y unidimensionales a dar grandes muestras de que son capaces de evolucionar, pero sin perder su esencia. Los actores también pusieron lo suyo, y consiguen convencernos de que realmente son los insólitos personajes que representan.

En este aspecto hay que volver a destacar la actuación de Aidan Gallagher, que con 16 años es quien se encarga de unir todas las historias. Su interpretación de un hombre de 64 años que a la vez es un adolescente es exagerada pero a la vez da justo en el clavo, y tiene grandes momentos de acción (que no vamos a spoilear por su peso dentro de la historia).

En definitiva, The Umbrella Academy mejoró en todo sentido, y plantó muchos misterios para asegurar que la tercera temporada (que todavía no está confirmada) tenga mucha tela que cortar. Sus 10 capítulos se pueden ver en Netflix.

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