En foco

Hipocresía con el país al borde del abismo

Mientras reina la incertidumbre y la comunidad está agobiada, Cristina Fernández de Kirchner solo busca apartarse de las responsabilidades como jefa del Frente de Todos. Acusa a Guzmán, pero ella y sus seguidores fueron los primeros en desestabilizar al exministro y al propio Presidente.

MDZ Política
MDZ Política domingo, 10 de julio de 2022 · 07:21 hs
Hipocresía con el país al borde del abismo
Foto: Captura de video

La realidad cotidiana tensa es evidente y aplastante. Inflación creciente, pobreza e indigencia lacerantes y vergonzantes, actividad económica estancada con crecimiento de precios acelerado que anticipan estanflación. Cepo cada vez más duro, falta de gasoil y energía, importaciones suspendidas, escasez de productos de consumo habitual. Ánimo social tenso y con rasgos de violencia expresa ante cualquier inconveniente y espacio público ocupado a diario por miles de ciudadanos reclamando más asistencia de un Estado vacío de recursos e inerme.

Esta es solo una mirada parcial del devenir permanente y cotidiano en que está inmersa la sociedad argentina. Cuando los encuestadores investigan ahondando en el ánimo y espíritu de la ciudadanía las palabras que sobresalen son: desesperanza, desánimo, tristeza, indignación, bronca, incertidumbre, temor.

Cristina en El Calafate.

En este sombrío y preocupante marco, resaltan negativamente, la conducta y las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Quien engendrara la construcción del Frente de Todos y anunciara por Twitter la candidatura a presidente de Alberto Fernández para volver al poder en 2019, con obstinación continua trata de desligarse de toda responsabilidad del aquelarre en que está inmerso el país. En simultáneo, sin el menor pudor, personalmente, a través de Máximo, su hijo diputado jefe de La Campora y también por incondicionales y fanáticos adherentes, hace más de un año han esmerilado y debilitado con ferocidad y persistencia la autoridad e investidura presidencial hasta convertirlo en la imagen y figura desvaída e insustancial de la actualidad.

Desgaste y desestabilización

En el medio de la tarea demoledora quedaron en el camino la mayoría de los ministros y colaboradores cercanos y de confianza de Alberto Fernández, hasta finalizar, por el momento, con la estentórea y calculada renuncia por una red social del ex ministro de Economía Martín Guzmán. ¿Devolución de favores de Guzmán, por el tiempo y método utilizado para anunciar su renuncia, luego del continuo ataque sufrido? Sin embargo, y en un acto de máxima hipocresía en su última alocución pública en El Calafate, calificó como inapropiada y desestabilizante la renuncia de Guzmán.

Cristina fue le primera y más feroz y pertinaz promotora del apartamiento del ex ministro.

 Ella y sus acólitos lo atacaron con continuidad, sin pudor y por todos los medios e instrumentos posibles. No puede Cristina sentenciar y señalar con el dedo imputador de irresponsable y desestabilizador a Guzmán, cuando con sus fanáticos seguidores hicieron lo imposible por apartarlo.

Autora y actora principal del destrato y ataque hasta lograr la renuncia. Hipocresía extrema en desligarse de su responsabilidad. Similar a su permanente labor en diferenciarse del gobierno qué pergeñó y alumbró.

Las desventuras del presente y la crítica realidad no le son para nada ajenas. Por el contrario la interpelan y si como expresó en su último tuit, el momento requiere de un esfuerzo conjunto y en un marco de paz, es imprescindible que como alumbradora y jefa en realidad del Frente de Todos y del gobierno, comience con urgencia una tarea conjunta y conciliadora con la política y los actores sociales y económicos para empezar el arduo y difícil camino reconstructivo.

Caso contrario quedará como otro episodio de ”relato falaz”, solo con intención desincriminaroria y la agonía del país continuará.

Archivado en