Incumplimiento

El FMI tenía razón: a la Argentina le faltan US$ 2.000 millones

El organismo le había adelantado a Martín Guzmán que el país necesitaría ese dinero extra para atender la demanda de gasoil con los nuevos precios derivados de la guerra en Ucrania.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño martes, 7 de junio de 2022 · 19:00 hs
El FMI tenía razón: a la Argentina le faltan US$ 2.000 millones
Foto: Twitter Kristalina Georgieva

El Fondo Monetario Internacional (FMI) tenía razón. Durante las negociaciones por el Facilidades Extendidas aprobado el 25 de marzo pasado y, más específicamente, en los encuentros protagonizados por los hombres y mujeres fuertes del organismo financiero en la cumbre de abril en Washington; se le advirtió a Martín Guzmán que las proyecciones de crecimiento de la Argentina de hasta 4,5% para este año eran demasiado esperanzadoras.

Además, le indicaron que la principal traba para que ese crecimiento del PBI se produjera sería la falta de dólares crónica del país. El Fondo dio más precisiones. Le anticipó  al ministro de Economía, que las restricciones de divisas se agravarían por la decisión de Vladimir Putin de invadir Ucrania. Incluso se le puso precio al problema, augurando una necesidad de desembolsar dólares por uno total de U$S 2.000 millones más de piso en el 2022, para que haya gasoil suficiente para la industria y los particulares. Dinero que, según el FMI, a la Argentina le sería imposible de conseguir.

Según aseguraba la gente de Washington, el alza del precio del gas, y el costo que debería pagar el país durante este año, y eventualmente el próximo -por el incremento del combustible- implicaría para el organismo una erogación extra de más de 1000 millones de dólares, lo que presionaría en las arcas públicas y la demanda de divisas durante el 2022. El FMI intuye que ese dinero del que Argentina debería disponer no está (ni estará) disponible en las cuentas públicas, con lo que habrá que ejecutar un ajuste tarifario aún mayor al que se discute. Y sobre el que aún no hay acuerdo en cuanto al incremento que debería ejecutar el gobierno este año en cuanto a las tarifas del gas. En consecuencia, los números del FMI sobre el crecimiento argentino se verían comprometidos. 

Argentina mostraba en la cumbre de Washington un cálculo diferente en cuanto a las consecuencias de la crisis que afecte al incremento del gas. Para el gobierno, obviamente habrá un incremento en cuanto a los precios internacionales de importación del combustible; pero este no llegará a superar los U$S 500 millones. Según las estimaciones del oficialismo, este mismo ejercicio habrá un incremento en la producción de gas en Vaca Muerta, que le permitirá al país aumentar la oferta y atender al menos parte de la demanda creciente de gas.

Por otro lado, aseguraban desde Buenos Aires, si bien sube el precio del gas, también se incrementan los valores de los commodities que exporta el país; lo que le permitiría a la Argentina equilibrar las pérdidas por la suba de los valores de los combustibles. El oficialismo hace referencia no sólo a la soja; que creció casi 10 dólares en las últimas jornadas y se estaciona por arriba de los 600 dólares, cuando el cálculo para el ejercicio se hizo a un precio de U$S 590 la tonelada.

También se mira desde los despachos oficiales los valores del trigo y el maíz, donde la producción local marcaría niveles importantes de disponibilidad. Según las mediciones oficiales, en el peor de los casos, la crisis por la invasión rusa a Ucrania terminaría resultando para el país, en términos de mercado "ancar". Esto es, en un empate técnico. Al menos por ahora. Y, de ninguna manera, ameritaría una reapertura de los capítulos ya discutidos entre el país y el FMI.

En el fondo, el problema era el mismo que hoy. Desde Washington, no se le creían a Martín Guzmán que este ejercicio la economía crezca entre 3,5 y 4,5%. El FMI considera que al país le faltarán dólares para lograr esa meta, y que los grandes impulsores industriales de ese eventual incremento del producto tendrán escasez de divisas para importar insumos. Se mencionaba desde la sede del Fondo, a la producción automotriz, químicos, petroquímicos, maquinaria y, especialmente, al campo; quién a su vez es el principal aporte de divisas.

Aparentemente, ya con el partido comenzado el 25 de marzo pasado, y transitando una imaginaria mitad del primer tiempo,  la razón parece tenerla el FMI. Lo que se proyecta para terminar el primer semestre del año, es la falta de al menos unos U$S 1.000 millones necesarios para poder pagar el gasoil suficiente como para equilibrar la demanda de las provincias con serios faltantes de combustible. Y el cálculo de otra cifra similar para lo que se descarta será la demanda para la segunda parte del año. Se suman así entonces unos U$S 2.000 millones. Teniendo en cuenta las dificultades importantes que tiene el gobierno para completar la  meta de unos U$S 4.800 millones de azul las reservas del BCRA para el  primer semestre  del año, pensar en la necesidad de contar unos U$S 2.000 más, es casi una utopía. O, en todo caso, habrá que ver a que otra cuenta se le quitará ese dinero.

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