Deléitate con el pastel de queso casero perfecto: receta fácil y deliciosa

El pastel de queso, un postre que despierta los sentidos con su textura cremosa y su sabor decadente, es un clásico amado en todo el mundo de la repostería. Su origen se remonta a la antigua Grecia, donde se servía en los Juegos Olímpicos, y desde entonces ha evolucionado en muchas formas y sabores deliciosos. En esta introducción, exploraremos la magia detrás del pastel de queso y aprenderás cómo preparar un pastel de queso clásico que deleitará a tu paladar.

La belleza del pastel de queso radica en su versatilidad. Puede ser disfrutado en su forma más pura o adornado con una variedad de ingredientes y sabores, desde frutas frescas y mermeladas hasta chocolates y nueces. Su base puede variar desde galletas trituradas hasta masas quebradas, lo que brinda infinitas posibilidades para personalizar este postre según tus preferencias.

A lo largo de su preparación, te guiaremos a través de los pasos para crear un pastel de queso clásico con una base de galleta, una elección que aporta un equilibrio perfecto entre lo crujiente y lo suave. Descubrirás cómo combinar queso crema, huevos, azúcar y otros ingredientes clave para lograr la textura rica y aterciopelada que es emblemática de este dulce. Ya sea que estés buscando un postre elegante para una ocasión especial o simplemente desees consentirte a ti mismo y a tus seres queridos. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

Para la base de galleta: 200 g de galletas tipo Digestive o galletas Graham, 100 g de mantequilla derretida, 1 cucharada de azúcar (opcional). 

Para el relleno de queso: 500 g de queso crema (tipo Philadelphia), 200 g de azúcar, 4 huevos, 1 cucharadita de extracto de vainilla, 250 ml de crema agria (sour cream), 2 cucharadas de harina de trigo, ralladura de limón (opcional).

Para la cobertura (opcional): mermelada de frutas (fresa, frambuesa, etc.) o frutas frescas para decorar

Procedimiento

1. Comienza triturando las galletas Digestive o Graham en un procesador de alimentos o colócalas en una bolsa hermética y aplástalas con un rodillo hasta que se conviertan en migajas finas.
2. En un bol, mezcla las migajas de galleta con la mantequilla derretida y, si lo deseas, una cucharada de azúcar para dar un toque de dulzura. La mantequilla ayudará a que las migajas se adhieran y formen una base sólida.
3. Forra el fondo de un molde para tarta desmontable de aproximadamente 23 cm de diámetro con papel pergamino y luego presiona las migajas de galleta en el fondo del molde para crear una base uniforme. Refrigera mientras preparas el relleno.
4. Precalienta el horno a 160°C (325°F).
5. En un bol grande, bate el queso crema hasta que esté suave y sin grumos. Agrega el azúcar y continúa batiendo hasta que la mezcla esté cremosa y bien combinada.
6. Incorpora los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
7. Agrega el extracto de vainilla y la ralladura de limón, si lo deseas, para dar sabor al relleno.
8. Finalmente, añade la crema agria y la harina de trigo, y mezcla hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados. La harina ayudará a que el relleno tenga una textura ligeramente firme.
9. Vierte la mezcla de queso sobre la base de galleta en el molde preparado. Golpea suavemente el molde sobre la encimera para eliminar las posibles burbujas de aire atrapadas en el relleno y alisar la superficie.
10. Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 50-60 minutos, o hasta que el pastel de queso esté firme en los bordes pero aún ligeramente tembloroso en el centro.
11. Apaga el horno y deja el pastel de queso en el horno apagado durante 1 hora para que se enfríe lentamente y evite que se agriete en la superficie.

Después de que el pastel de queso se haya enfriado a temperatura ambiente, refrigéralo durante al menos 4 horas o toda la noche para que tome cuerpo y sabor. Antes de servir, puedes decorar el pastel de queso con mermelada de frutas o frutas frescas, como fresas o frambuesas, para un toque de frescura y color. Sirve porciones generosas de este pastel de queso casero y disfruta de su textura suave y su sabor indulgente.

Es una delicia que seguramente encantará a todos los amantes del queso. Su base de galleta crujiente y su relleno de queso cremoso lo convierten en un postre irresistible que es perfecto para cualquier ocasión. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.