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Imperdible: Tres enseñanzas de Mafalda que te servirán para toda la vida

Mafalda, la entrañable niña a la que Quino supo dar vida, y que sirvió como catalizador de la sabiduría del artista invitándonos siempre a la reflexión; hoy nos deja de entre miles tres frases que nos servirán siempre en la vida.

Napsix jueves, 1 de octubre de 2020 · 08:57 hs
Imperdible: Tres enseñanzas de Mafalda que te servirán para toda la vida
Quino, Mafalda, Enseñanzas

Las historietas de Quino –Joaquín Salvador Lavado- estaban llenas de sabiduría. Pero sin dudas su personaje Mafalda, una niña con hambre de conocimiento, empática y reflexiva, es quien más nos ha dejado pensando y su legado está lleno de enseñanzas. En esta nota repasaremos tres de sus ocurrencias más valiosas.

¡Sonamos, muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!. Este mensaje  de Mafalda plasma, desde la inocente perspectiva de una niña, lo que suele suceder en el mundo adulto entre las obligaciones, los compromisos y las presiones. Todos de pequeños creemos en valores morales o causas justas, y con el tiempo el funcionamiento de la sociedad nos hace mirar para un costado y tolerar cuestiones de las cuales nuestra versión de niño se avergonzaría.

No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuentaMafalda advierte que innegablemente la historia de la humanidad avanza, sus derechos también y cada vez más minorías y disidencias son reconocidas. Podemos decir que todo tiempo pasado fue mejor si fuiste hombre heterosexual y blanco, pero seguramente si no pertenecías a esta casta la hubieras pasado peor.

Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante. La historia de todos, ¿cuantas veces nos detenemos a decir lo importante a las personas que son parte de nuestras vidas? ¿O contemplamos lo realmente importante? Generalmente corremos detrás de algo –productos, obligaciones, dinero- que no nos hará tan feliz ni es tan esencial como lo que ya tenemos y damos por sentado. Mafalda la hija espiritual del autor nos enseña a poner el foco en lo indispensable, ¡Gracias por siempre Quino!

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