El "mar" de Córdoba que sorprende por su playa estas vacaciones de verano
El horizonte de la laguna de Mar Chiquita por momentos hace creer que se está frente al mar. Este espejo de agua se encuentra en un bello pueblo de Córdoba.
Si uno mira el horizonte en Miramar de Ansenuza, Córdoba, por momentos tiene la sensación de estar frente al mar. Este destino cordobés sorprende por sus playas con atardeceres de ensueño en la costa de la laguna de Mar Chiquita, sus paisajes y su gran diversidad natural.
Miramar es un pueblo cordobés que cuenta con una laguna salada que cambia constantemente de forma debido a los desbordes de sus ríos: Dulce, Xanaes y Suquía. Durante el siglo pasado, esta irregularidad provocó curiosos fenómenos, como el avance del agua sobre poblados y edificaciones. Mientras que en la actualidad, causa la aparición y desaparición intermitente de verdaderas islas efímeras.
Qué hacer en Miramar
El pueblo de Miramar de Ansenuza cuenta con un amplio abanico en hotelería y propuestas gastronómicas y turísticas. Por ejemplo, se pueden contratar excursiones a bordo de pequeñas embarcaciones que llevan a navegar rumbo a los misterios que esconde su inmensurable extensión.
Estas travesías son ideales para descubrir los tesoros menos conocidos de Mar Chiquita, como por ejemplo sus islotes, ambientes salinos y costas más lejanas. O conocer las postales surrealistas que plantean sus ruinas inundadas, entre una secuencia de árboles petrificados a causa de su alto nivel de salinidad, cuyas sales fueron aportadas por sus ríos tributarios se acumularon durante miles de años.
Esta salinidad permite recorrer sus orillas a pie o a caballo para apreciar las huellas que deja la sal con las subidas y bajadas, según las lluvias. Estas son algunas de las tanas experiencias y que, junto al ecoturismo, hacen de la Laguna de Mar Chiquita un destino muy especial tanto para los habitantes de la provincia como para los viajeros que visitan Córdoba.
Riqueza natural
Además de sus maravillosos paisajes y las divertidas actividades que ofrece, existen 350 mil ejemplares de flamencos australes que habitan el humedal, además de otras dos especies migratorias, que lo frecuentan. También es posible divisar águilas negras, garzas y cisnes de cuello negro, así como los falaropos, reconocidos por moverse en bandadas y atravesar todo el continente para visitar la laguna, partiendo desde Canadá.
Otra de las estrellas de esta zona de alta biodiversidad es el extraño aguará guazú, el mayor de los cánidos de América del Sur, vinculado con mitos y leyendas a partir de su aullido grave y profundo. Comparte este ecosistema con otros mamíferos como gatos monteses, nutrias, hurones, pecaríes, zorros grises y hasta pumas.