Por qué la moneda común con Brasil es una "idea terrible" para un premio Nobel de Economía
Paul Krugman criticó la iniciativa y puso énfasis en las grandes diferencias que hay entre ambas economías. Por qué dijo que eso sólo puede habérsele ocurrido a alguien que no sabe de economía monetaria internacional.
El economista estadounidense y premio Nobel de Economía, Paul Krugman, cuestionó fuertemente este domingo el proyecto de moneda común entre Argentina y Brasil, una iniciativa a la que calificó de "idea terrible" y disparó munición gruesa contra sus impulsores, por no estar en sintonía con la tendencia en materia monetaria a nivel global.
“No sé a quién se le ocurrió esa idea, pero ciertamente no fue alguien que supiera algo sobre economía monetaria internacional”, escribió Krugman en su cuenta de Twitter.
Para el economista uno de los aspectos inconsistentes del proyecto es que los dos países sudamericanos tienen economías que no son equivalentes en sus principales variables.
"Una moneda compartida podría tener sentido entre economías que son los principales socios comerciales de cada una y son lo suficientemente similares como para no experimentar grandes shocks asimétricos", dijo Krugman.
Uno de los focos fue el perfil del intercambio bilateral, y una relación en que Brasil exporta a la Argentina sólo el 4,2% de sus ventas externas, mientras que el socio mayor del Mercosur representa el 15% de las exportaciones argentinas.
Además, el perfil de las exportaciones también incide. “Las exportaciones argentinas son básicamente todas agrícolas. Más de la mitad de las empresas brasileñas son manufactureras o de combustible. Entonces, los shocks en la economía mundial probablemente causarían grandes cambios en el tipo de cambio real de equilibrio”, escribió el economista, premio Nobel de Economía 2008, autor de 27 libros, con un doctorado en el Massachussets Institute of Technologhy (MIT).
Esto tendría un impacto en un proyecto de armonización monetaria y moneda única regional. De hecho, la experiencia internacional indica que antes de una moneda común hay que avanzar en la convergencia fiscal, macroeconómica y tributaria para que las economías de los países sean equivalentes, más allá de los tamaños.
Visita histórica
La decisión de avanzar en una moneda común fue anunciada en Buenos Aires por ambos gobiernos, durante la visita del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en primera instancia en estudios para la creación de una moneda sudamericana para transacciones comerciales y financieras "reduciendo costos de operaciones y nuestra vulnerabilidad externa", señalaron.
Es importante aclarar que por primera vez en más de siete años, Brasil y Argentina están alineados políticamente bajo líderes de izquierdas, como Luiz Inácio Lula da Silva y Alberto Fernández, quienes desean presentar un frente unido. Lula declaró a la prensa en Buenos Aires que, “si Dios quiere”, los ministros de Economía y los dirigentes de los dos bancos centrales tendrían “inteligencia, competencia y sentido común” para empezar a trabajar en la creación de una moneda común”.
Pero tan pronto como trascendió la iniciativa comenzaron las dudas sobre las características que tendría. El ministro de Hacienda brasileño, Fernando Haddad, debió salir a aclarar que no se trata de una moneda única como el euro en la Unión Europea, sino más bien de una unidad común para las transacciones entre los países, pero que no reemplazará a las monedas locales, el peso argentino y el real brasileño.
Krugman no fue el único que se mostró contrario a la moneda común. Olivier Blanchard, execonomista jefe del FMI, dijo sin vueltas: “Esto es una locura”, en relación a los trabajos preparatorios para crear una moneda común.