Números en rojo

El Gobierno, en las antípodas de Néstor, ante una nueva era de déficit gemelos

El ministro de Economía, Sergio Massa, puede hoy mostrar como un éxito los resultados del dólar soja. Pero en los próximos meses deberá atender, a la vez, los frentes cambiario, fiscal y la balanza comercial, para poder estabilizar una economía carcomida por los efectos negativos de la inflación.

Carlos Boyadjian
Carlos Boyadjian lunes, 26 de septiembre de 2022 · 07:00 hs
El Gobierno, en las antípodas de Néstor, ante una nueva era de déficit gemelos
Foto: Telam

Ya se repitió hasta el hartazgo pero conviene recordarlo una vez más: en economía se puede hacer cualquier cosa, dependiendo de las decisiones políticas del Gobierno de turno, menos evitar las consecuencias de las medidas que se tomen. Esto es así porque la economía es un sofisticado mecanismo de relojería, donde el movimiento de cualquier pieza mueve otras variables en busca de un nuevo equilibrio.

En la Argentina de los precios desorbitados, el principal precio de la economía es el del dólar y en especial del dólar al que pueden acceder la mayoría de los ciudadanos, que no es otro que el blue o informal. Ese dólar marginal es el fiel reflejo de la debilidad de las cuentas públicas, con un ya crónico déficit fiscal, que en los últimos tres meses sumó un segundo déficit, en este caso de la balanza comercial, dando vuelta como una media aquella vieja máxima de los años virtuosos de Néstor Kirchner en la presidencia.

Los ya emblemáticos superávit gemelos -fiscal y comercial de expresidente Néstor Kirchner, se convirtieron ahora en déficit gemelos, dejando expuesta una inconsistencia macroeconómica, que más temprano que tarde habrá que corregir. A la Argentina le faltan dólares, especialmente porque las importaciones crecen a pasos agigantados por la disparada de las compras de energía pero también porque las exportaciones están estancadas a pesar de los precios récord de las commodities agropecuarias.

Un dato permite entender de qué hablamos. Según cifras oficiales en los primeros ocho meses de 2021 el superávit comercial llegó a US$10.655 millones, mientras que en el mismo período de este año el saldo positivo fue de US$2.193 millones, cinco veces menos. Pero en los últimos tres meses, se acumuló un rojo de US$1.015 millones que recortó el superávit logrado hasta ese momento. De alguna manera, las restricciones a importar insumos para la producción por falta de dólares, generan luego una caída de las exportaciones. Es como un tiro en el pie.

Impacto del dólar soja

En la última semana el Gobierno tuvo una muestra gratis de esta ley de hierro, marcada por medidas con efectos colaterales. El jueves 21 las liquidaciones del dólar soja acumularon US$5.130 millones, logrando el objetivo planteado bastante antes del plazo fijado para el 30 de septiembre. Este domingo el propio ministro de Economía, Sergio Massa, ratificó como fecha de finalización de dólar diferencial a $200 para los sojeros.

Al cierre de operaciones del viernes pasado el Gobierno capturó liquidaciones por una cifra cercana a los US$6.000 millones, y aún faltan cinco jornadas hábiles, con lo que la cuenta final será muy positiva para las arcas del Banco Central.

Miguel Pesce, presidente del Banco Central aprovechó la vigencia del dólar soja para reforzar el delicado balance cambiario de la entidad.

En este contexto, la autoridad monetaria lleva comprados ya cerca de US$3.500 millones, que fueron a reforzar las reservas internacionales, que de esta manera salieron de la zona más crítica, cuando las reservas de libre disponibilidad eran casi nulas hace apenas unas semanas.

Pero acá se hace visible el lado B de esta medida y es la fuerte suba en la última semana de los dólares financieros - legales- como el Contado con Liquidación y el dólar MEP, que cerraron la semana en $312 y $303 respectivamente. 

También se registró un recalentamiento del mercado cambiario informal, con el blue cerrando la semana en $287, al sumar $10 pesos en apenas cinco jornadas. Huelga recordar que la suba del dólar suele terminar en los precios minoristas y, lógicamente, en algunos puntos más de inflación.

Con los exportadores liquidando dólar soja a más no poder, el Banco Central largó al mercado unos $600.000 millones, resultantes de la emisión requerida para entregar pesos a los exportadores. Además, el "costo fiscal" de la venta de dólares a $148 (oficial) y la compra de dólares a $200, se tradujo en una letra intransferible del Tesoro para "compensar" esa merma, que genera una pérdida patrimonial para el BCRA. 

Déficit gemelos

Hacia adelante, el mayor problema es la confirmación de los déficit gemelos, fiscal y comercial, que serán la marca registrada de esta gestión, al menos en los próximos meses.

Muchas veces se ha criticado la política de prudencia fiscal y déficit cero como una postura pro mercado y en contra de las políticas hacia los sectores populares.

Hay que aclarar, sin embargo, que el orden de las cuentas públicas y la eliminación del déficit no es de derecha ni de izquierda, es simplemente la condición para no tener que emitir ni financiarse a costo elevado, y por tanto evitar alimentar el proceso inflacionario. En un país como la Argentina, el déficit cero es una necesidad de política económica. 

Un informe de la consultora Equilibra, asegura que gracias al Programa Incremento Exportador (dólar soja)," el Tesoro cobró retenciones adicionales por 0,1% del PBI, pero le colocó letras intransferibles al BCRA por 0,4% del PBI para cubrir la diferencia de tipo de cambio". Y explicó que "este subsidio se contabilizaría debajo de la línea, por lo que el programa aportaría recursos por 0,1% del PBI (vs. déficit de 0,3 % del PBI si se computara arriba de la línea)", aunque sería una vez más, la apelación a una "contabilidad creativa".

Pero tal vez lo que más preocupa es que el déficit fiscal es muy difícil de reducir. Aun en el contexto de los recortes propuestos por el ministro de Economía, Sergio Massa, para poder cumplir con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (2,5% del PIB este año), la tarea es titánica. 

Y es que el "déficit primario acumulado en los primeros 8 meses del año asciende a $ 1.101.337 millones (1,4% del PBI o 1,1 billones de pesos)". Y detalla: "En términos reales, si los ingresos se mantienen estables en lo que resta del año, el gasto primario debería caer como mínimo 12% interanual para cumplir con la meta FMI".

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