Paritarias

El Gobierno contra Camioneros: le dijo no a Pablo Moyano

El Ejecutivo le envió un emisario a Hugo Moyano para que baje el nivel de conflicto en las paritarias del sindicato. Temor oficial por mayor presión inflacionaria y espiralización del conflicto. Apuesta a que en la última parte del año la inflación se ubique en torno al 5% mensuales.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño jueves, 20 de octubre de 2022 · 14:30 hs
El Gobierno contra Camioneros: le dijo no a Pablo Moyano
Foto: Télam

Camioneros pidió un incremento salarial para este año de aproximadamente 150%, divididos en un incremento salarial de 131% más un bono extraordinario y por "única vez" por haber sido uno de los sectores que trabajaron en pandemia sin restricciones ni excepcionalidades.

Como contraoferta, los empresarios de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEAAC) pusieron sobre la mesa de negociaciones de la reapertura de paritarias del sector, un máximo de 85% en el año, sin bono especial.

Las partes, obviamente, no llegaron a un acuerdo; y Pablo Moyano, en su curioso rol de negociador, prometió que si no hubiera un acercamiento sólido el próximo miércoles en una nueva ronda de discusiones, comenzaría a aplicar un plan de lucha de dimensiones complicadas para el país. Económica y políticamente hablando.

Pablo Moyano lidera uno de los gremios más combativos a la hora de tomar las calles.

Esto sin que Moyano, en ninguna de las tres rondas negociadoras que se organizaron en el Ministerio de Trabajo hasta ayer, haya reducido un sólo punto porcentual de sus reclamos originales. Camioneros siempre se mantuvo en el 150%.

Gestiones con papá Hugo

La novedad de las últimas horas es que desde el Gobierno nacional hubo contactos con Hugo Moyano (hasta aquí no intervino en las negociaciones de las paritarias 2022), aclarándole y pidiéndole al líder histórico del sindicato que es imposible hacer realidad el monto que reclama el gremio. Y por un doble motivo.

Es imposible que un aumento de este tipo pueda ser aplicado por los empresarios de FADEAAC, quienes no están viviendo uno de los mejores momentos de los últimos años, más bien todo lo contrario.

El segundo motivo tiene que ver con la marcha de la economía: un aumento de esta magnitud tendría un efecto negativo en los precios generales, potenciando aún más la inflación actual; ya que las alzas en las paritarias de este sector inmediatamente son trasladadas a los costos del transporte general.

El mensaje sobre la preocupación en relación a lo que solicita Camioneros como aumento salarial fue transmitido a Hugo Moyano por un emisario del Gobierno nacional, que no es ni depende del Ministerio de Trabajo que hoy maneja Kelly Olmos, y que no tiene una buena relación con la familia que dirige el gremio de los choferes. 

El enviado le transmitió al histórico líder, quien defiende la gestión de Alberto Fernández y mantiene sus dudas con Cristina Fernández de Kirchner, lo contrario que su hijo. Le dijo que debería ser el encargado de "intervenir" en las discusiones, y comenzar a tomar una actitud menos combativa en momentos en que desde el oficialismo albertista- massista se necesita bajar los tonos en las disputas económicas. Especialmente, en las que tienen incidencia directa con la confianza en la economía.

En busca de control

Y además cuando el Ministerio de Economía aún defiende la posibilidad de una inflación de dos dígitos para este año. Los cálculos sobre la evolución de los precios esperada para el último trimestre del año, mostraría para el Palacio de Hacienda y el Banco Central un nivel de entre 95 y 98%, lo que implicaría un incremento indefendible y alarmante, pero no superaría la barrera de los tres dígitos.

Para ambas dependencias públicas, no es un dato menor. Vienen observando, especialmente el Central, que el alza esperada de todas las consultoras y bancos privados se acomodan bastante por arriba del 100%. Incluso apostando por un incremento superior al 110%. Sin embargo, desde las oficinas públicas, se toman en cuenta otros datos basados en la evolución de los precios de agosto y septiembre, los que aún con incrementos importantes; vienen con presión a la baja.

Para los cálculos oficiales, sólo de continuar la tendencia de ese bimestre, el índice de precios que mide el INDEC debería mantenerse por debajo del 6,2% del mes pasado, comenzar a acercarse al 5% en octubre, quizá perforar ese porcentaje en noviembre, y eventualmente volver a subir en diciembre, un mes siempre difícil por el recalentamiento de precios.

Pero no debería superar el 6% final para el último mes del año. Si esto ocurriera, la suma porcentual se ubicaría más cerca del 18 que del 20% en el último trimestre, y el acumulado final permanecería en los dos dígitos.

Cerca del massismo, afirman que para que la proyección se haga realidad, debería hacer lo suyo el programa Precios Justos, controlar la suba de tarifas y que los incrementos de combustibles estén por debajo del 7% en el último trimestre del año. La creencia arraigada en Hacienda, es que el nivel de suba de precios de 7% del tercer trimestre del año, se debió más a un shock especulativo sobre la evolución monetaria y cambiaria, que a un reflejo serio de la realidad de la estructura de precios.

Reconocen, además, que no ayudaron las circunstancias políticas dentro del oficialismo a partir de la renuncia de Martín Guzmán y las tres semanas de intento de gestión de Silvina Batakis; días bombardeados por la interna del oficialismo que casi lleva al país a una corrida terminar.

La llegada de Massa, por lo contrario, logró cierta estabilidad en los frentes fiscal, monetario y, especialmente, cambiario, con lo que la reducción de los dos puntos porcentuales de crecimiento que obedecen a cuestiones meramente especulativas, deberían ceder. Pero para que todo esto sea posible, situaciones como las de camioneros no deberían espiralizarse en un conflicto extenso en el tiempo y lapidario sobre la confianza de la economía en general. De ahí el contacto con Hugo y no con Pablo.

Archivado en